Viajar con niños es bastante diferente a desplazarse haciendo planes de adultos. De entrada, a un niño muy pequeño le va a sorprender de igual modo el pueblo de al lado que el hecho de que lo llevemos a los confines de la tierra. Si por ellos fuera, esperarían encontrar una juguetería en plena selva amazónica. Pero esto no quiere decir que no les enriquezca conocer otras culturas y otros sitios.
Sabemos que es un trabajo extra viajar con peques, y por eso hemos recopilado unos consejos ayudar a futuros padres, porque los actuales seguro que lo saben mejor que nosotros. De entrada con niños es muy recomendable hacer una lista antes de preparar el equipaje y seguirla para que no se nos olvide nada. Aquí tienes algunas claves.
1. Documentación y tarjetas sanitarias. Esta documentación es lo principal, pues como todos los padres saben, si un niño no se ha puesto enfermo en meses se pondrá enfermo el día que no estemos en casa y en el punto que más lejos tengamos un hospital. De igual modo es interesante que en algún punto de su ropa o en la muñeca, en una pulsera de goma, lleven un teléfono anotado por si se pierden.
2. Botiquín. Es imprescindible llevar un botiquín con las cosas básicas que acostumbre a tomar el niño en sus achaques habituales, así como cualquier tratamiento crónico. En concreto, algo para la fiebre o el dolor con la dosis adecuada anotada en el cartonaje y la fecha. Y si se trata de medicamentos que se nos puedan acabar y requieran receta es importante llevarla, por si tenemos que comprar más. Nosotros solemos incoporar además algo para quemaduras, golpes, picaduras o heridas en general.
3. Preparación del viaje. Desde que somos papás, uno de los requisitos previos para cualquier viaje es llevarlo todo previsto al milímetro. Por supuesto el hotel, pero también los medios de transporte que usaremos, las distancias, y el hospital o centro de salud más cercano con sus horarios, así como la farmacia. Además es importante contar con que solo veremos una o dos cosas cada día allá donde vayamos. Planificar convenientemente estos lugares: buscar museos que sean interactivos, evitar las visitas guiadas, llevar los horarios anotados e irles anticipando lo que van a ver a través de historias o cuentos que inventemos para motivarles. Es importante tener localizados uno o varios parques para el trayecto o bien cerca del hotel. Si visitamos algo durante dos o tres horas luego sería bueno que ellos pudieran jugar un rato en el parque. También podemos buscar restaurantes o lugares para comer que dispongan de zona de juegos infantil.
4. Dispositivos. Lo ideal sería que los niños conversaran como adultos y se comportaran convenientemente. Pero seamos francos, por muy educados que estén, los niños se cansan y pelean en el coche, protestan, requieren sus cosas con insistencia y montan lío en general en momentos y lugares imprevisibles. Por eso hace tiempo que asumimos que los desplazamientos en coche requieren dvd o tablet. Pues mejor será que se enfrasquen en esto unas horas a que tengamos un accidente. Esto mismo es aplicable a situaciones en las que tengan que estar quietos (una espera en el médico o una visita guiada que no les interesa) así como la comida en un restaurante.
5. Maleta de juguetes. Lo mejor es no preguntarles y montar directamente una maleta con 10 ó 12 juguetes que hace tiempo que no usan. Les encantará reencontrarse con ellos. Lo ideal es llevar cosas que les entretengan y no abulten mucho como muñecos o cochecitos pequeños, puzles o rompecabezas, peonzas, etc. Imprescindibles son los muñecos de dormir si es que los usan.
6. Bolso saco. Mientras son bebés el bolso del carrito sirve de maleta Mary Poppins, en la que cabe todo. Cuando ya no usan silla todo el kit pasa al bolso de mamá o la mochila de papá. Ahí llevaremos toallitas, pañales, una muda y ropa de repuesto, algún juguete, agua y unas galletas. Si aún toma biberón o potito alguna dosis para retrasos o emergencias.
7. Paciencia. De esto hay que meter una dosis extra. Los niños protestan, tienen un hambre terrible, se enfadan, se caen, gritan, tienen sueño y dicen que quieren ir al baño en el sitio más inadecuado. Más o menos como los adultos, solo que ellos no controlan sus reacciones. También hay que enseñarles autodominio, para que se contengan cuando hay retrasos en la comida o hemos caminado mucho para ellos.
8. Ludotecas. Esta es una máxima particular. Cada vez hay más y en muchos hoteles o museos también se dispone de ellas. No se trata de empaquetarlos todo el día sino de reservarnos una hora al día para que ellos jueguen bajo supervisión y nosotros respiremos, el resto del día ya estamos con ellos. A los peques les encanta y ese rato podemos ofrecérselo también como premio si se portan bien y colaboran.
EL TRUCO DEL ALMENDRUCO: tomemos algo del próximo viaje que les pueda interesar y dotémosles de material para involucrarse. Por ejemplo, si vamos al campo llevemos unos prismáticos y una lupa para observar la naturaleza, si vamos a un castillo llevemos una espada por si hay dragones, y si vamos a ver un pueblo busquemos la casa de los siete enanitos y llamemos a la puerta.
Seguro que nuestros lectores, que son experimentados viajeros, ya tienen sus propios trucos. ¿Os apetece compartirlos? Aquí tenéis vuestro espacio, los iremos publicando con el nombre de sus autores…
