Los antiguos pobladores prerromanos de esta zona de A Mariña lucense se asentaron aquí, en el Castro de Zoñán, entre otros emplazamientos. El lugar es conocido por los mindonienses, y resulta un rincón bastante interesante si quieres aprender algo nuevo con los niños en plena naturaleza.
Para llegar al Castro de Zoñán hay que salir de Mondoñedo en dirección al Monasterio de los Picos, por la travesía de Carlos Folgueira, y tomar a la derecha justo al pasar el Covirán. En el primer desvío, antes de incorporarnos a la nacional 634 tomamos una pista a la izquierda que pone Os Picos. En la siguiente incoporación tomamos a la derecha y pasamos sobre la nacional. Tras pasar el monasterio, a unos 1.200 metros tenemos un desvío a la izquierda de la carretera por una pista de tierra. Podemos aparcar aquí y seguir caminando pues el castro está a unos 200 metros por una pista forestal que puede tener algo de barro.
El paseo es bonito hasta el lugar, que está señalizado y con paneles explicativos. Se empezó a excavar en 2002 y en 2004 se instalaron mesas interpretativas. Se trata de un asentamiento datado en los primeros siglos de nuestra era, con los muros de las casas en buen estado de conservación y de casi un metro de alto, y en el que se han encontrado objetos de uso cotidiano como cerámicas, objetos de madera, hebillas y cuentas de collares, etc.
Las viviendas excavadas son cuatro, aunque se estima que por la zona existían otros asentamientos. Las paredes eran de piedra y el tejado vegetal. La zona del asentamiento es elevada, permitiendo una vista estratégica a efectos defensivos hacia su entorno. Además es una zona de bosque muy salvaje, donde pudimos ver a lo lejos escapar, alertados por nuestra presencia, a dos gamos.
Si vas con niños a Mondoñedo no dejes de visitar el Barrio de Os Muiños, del que ya hemos hablado aquí, o las áreas recreativas de A Fervenza, además del centro histórico y su catedral, que es Patrimonio de la Humanidad en el marco del Camino de Santiago.