Hacía tiempo que teníamos ganas de visitar este importante centro arqueológico: el Castro de Viladonga. Y como a los peques les encantan las historias de soldados, campamentos y en general cómo se vivía hace unos cuantos siglos nos decidimos a conocerlo. Recorrer el antiguo asentamiento, y conocer a través del museo lo que allí se encontró o cómo eran sus pobladores tiene un punto de emoción también para los más pequeños.

Se accede desde la carretera nacional 640, entre Lugo y Meira, en el kilómetro 70, encontrarás un desvío a este museo al que se llega enseguida. Pertenece a la Xunta de Galicia y tiene un horario de apertura amplio, se puede visitar todos los días de 10 a 19 horas en esta época del año. El hecho de que no cierre a mediodía también es un aliciente para los viajeros, pues a veces son horas muertas que tienes si estás de paso antes o después de comer.

El Museo de Viladonga

La entrada es gratuita y hay aparcamiento en las inmediaciones. Lo ideal es visitar el museo y luego el castro, que está a pocos metros por una senda. El edificio alberga varias salas con una exposición muy ilustrativa de herramientas y objetos cotidianos encontrados en las excavaciones, como vasijas, cuchillos, cinturones o hebillas, adornos tipo collares, etc.

Hay varias maquetas en las que pulsando un botón se ilumina una zona u otra. Desconozco el porqué pero a los niños les encantan este tipo de muestras didácticas. También te sorprenderá un holograma de los antiguos habitantes del lugar en varias de sus ocupaciones cotidianas.

Mapas, paneles explicativos, y una sala de actos para visitas, además de aseo, máquinas de vending, etc. ocupan el resto del edificio que también alberga oficinas y un puesto de atención al visitante donde te facilitan un folleto y a los niños un precioso cuento guía del museo.

El Castro de Viladonga

El Castro de Viladonga es un espacio circular que aprovecha el terreno para la construcción de cuatro murallas y tres fosos sucesivos. Tiene un acceso principal que estaba documentado, cercano al museo y otro que nos lleva al antecastro oeste. Lo que verás será los restos excavados y en algún caso parcialmente reconstruidos de las antiguas viviendas. Desde fuera totalmente ocultas por la orografía, y desde dentro podrás tener una buena panorámica subiendo a una parte más elevada dentro del propio castro.

El castro fue romanizado y alberga restos de viviendas y edificios de uso comunitario. En el centro una de las viviendas refleja una estructura algo más preferente que el resto, en ella aparecieron objetos de lujo como vidrios, monedas o joyas. En el antecastro del acceso principal hay una cueva que al parecer sirvió para buscar agua o para prospecciones mineras.

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