Baiona es una villa excelente para una escapada con niños. Eso sí, si quieres un consejo evita las épocas muy concurridas como las fiestas o el mes de agosto. Su casco histórico está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde el año 1993. Tiene doce mil habitantes, puerto pesquero y deportivo y está orientada totalmente a la bahía.
Es un lugar increíble, en lo alto de una ensenada marina, solitario, pintado de rayas rojas y alumbrando noche tras noche a los barcos. Se puede pasear y ver desde el litoral, pues hay carril bici o paseo desde Oia hasta Baiona.
También puedes tomar la carretera que sube hasta el faro que no se puede visitar pero arriba hay un pequeño aparcamiento y parece que una extensa red de tuneles conectando las baterías militares que allí hubo y cuyas construcciones están aún visibles desde el exterior más arriba y abajo del faro.
Construida en una península entre la bahía de Baiona y playa Concheira. Dentro está el parador de turismo. El recinto está abierto y se puede recorrer desde lo alto de las murallas almenadas o más abajo, por el paseo de Monteboi, de unos dos kilómetros llanos y accesibles.
Este lugar estuvo habitado por fenicios, celtas y romanos. La fortaleza como tal, con sus murallas, data del siglo XII y se terminó de construir en el XVI. He leído en alguna web que se cobra entrada. Lo cierto es que la he visitado en cuatro o cinco ocasiones y nunca he visto que haya que pagar entrada.
Baiona fue el primer puerto europeo que conoció la noticia del descubrimiento de América, pues en el año 1493 con Martín Alonso Pinzón al frente, la carabela Pinta atracó en estas aguas. Con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, se construyó una réplica de esta embarcación que permanece amarrada en el muelle.
Es un barco museo acondicionado en 1999. Y aunque en la puerta del pantalán no pone nada, simplemente se ve cerrado y con aspecto abandonado el acceso, en internet se indica que están suspendidas las visitas por traslado hasta nuevo aviso. El coste de la visita, cuando estaba abierto, era de 2 euros.
Las calles con sus soportales de la zona vieja de Baiona son una maravilla. La plaza del Ayuntamiento, sus zonas de bares y tapeo, sus iglesias como la Capilla de Santa Liberata de estilo italiano plateresco, la ex-colegiata de Santa María o el Cruceiro de la Santísima Trinidad, son visitas obligadas.
Tiene un parque precioso (A Palma) en la entrada justo a la fortaleza. Con zona infantil, tirolina y canchas deportivas. Se come de maravilla en el Recuncho Marinero, un gastrobar de aspecto moderno y tradicional a la vez con una cocina excelente y buena relación calidad precio.
El monumento más conocido del municipio es la Virgen de la Roca, de 1930 y con 15 metros de altura. Se puede subir por dentro gracias a una escalera de caracol. Es un lugar de romerías y tiene merendero y un entorno natural muy recomendable.