Unas cuantas veces hemos recorrido ya esta ruta en el corazón de la Ribeira Sacra, y uno de los recursos turísticos más visitados de este geodestino. Se trata de la Cascada de Augacaída (o fervenza de Augacaída), en Ferreira de Pantón, que vierte sus aguas al río Miño en un remanso, en el entorno de la aldea de Marce. Os explicamos detalladamente cómo llegar y dónde aparcar, o cómo es el trayecto, porque no es un entorno fácil de visitar sin cierto conocimiento y planificación.
Una inmensa roca desde la que se descuelga una lengua de agua de 40 metros. No es la más alta (A Toxa, 60 metros; Belelle, 45 metros y Ézaro, 40 metros) pero sí la más espectacular. ¿Por qué?, porque el mirador está muy cerca, casi a los pies de la fervenza, y sus aguas se despeñan ante tus ojos con gran fuerza.
A sus pies, una poza, y más abajo las aguas del río Miño en una parte de su imponente cañón donde cuenta la leyenda que vivían las mujeres pez o xacias, puedes leer esta historia en el blog Visit A Ribeira Sacra.
Hace ya algún tiempo que este camino fue acondicionado por la Deputación de Lugo, incorporando pasarelas de madera, escaleras y limpiando el acceso.
Se ha puesto un panel indicativo de la ruta, un pequeño aparcamiento en el que apenas caben unos 10 coches y señales indicativas con la distancia en varios puntos.
A pocos metros del aparcamiento hay un chiringuito que suele funcionar en temporada, no tiene aseo pero sí algunas bebidas y aperitivos y puede ser una parada muy necesaria después de la dura subida de regreso.
Desde el año 2000, esta ruta se fue popularizando y, aunque pocos se habían animado a bajar con ayuda de las barandillas de cuerda que se habían instalado, ahora son muchos los vecinos y excursionistas que hacen uso de las pasarelas para hacer esta ruta.
A solo 400 metros de esta fervenza de Augacaída está Marce, el pueblo donde nació mi madre, así que en Escapalandia habíamos oído hablar de esta cascada desde hace décadas. Pero entonces solo la conocían los vecinos de la zona y el acceso era prácticamente imposible.
Y es que esta pequeña aldea en una de las faldas más abruptas de la Ribeira Sacra algún día tuvo más de un centenar de habitantes, pero hoy ya solo viven dos o tres vecinos. La emigración, el desplazamiento poblacional del campo a la ciudad, y las difíciles comunicaciones fueron despoblando este idílico lugar, como tantos otros puntos de las provincias de Lugo y Ourense.
Además de la antigua aldea donde podemos ver aún la torre del reloj, la capilla de San Marcos y varias casas con cierta antigüedad, a pocos metros de la fervenza está el denominado Castro de Marce.
Restos de bodegas y molinos en el entorno del regato de Aguianza, y más abajo el embarcadero de A Maiorga o la playa de la Ribeira Sacra: A Cova. Si te interesa la historia de esta pequeña aldea en el pasado recogimos algunos retazos de su historia entrevistando a vecinos y familiares de cierta edad en este post: Marce en la primera mitad del siglo XX.
Para llegar a esta cascada de Augacaída tienes que tomar la nacional 120 entre Os Peares y Ferreira de Pantón. A la altura de la Guítara tomamos el desvío señalizado a través de la nacional 120a. Siempre en dirección hacia Marce, y a pocos kilómetros del pueblo, veremos el panel indicativo de la ruta, junto a un pequeño aparcamiento precedido de otro algo mayor.
Os recomendamos que sigáis las señales y no el GPS o Google, porque no llevan correctamente y te meten en la aldea de Marce, con calles estrechas por las que no pasa un coche en algunos puntos. Por otro lado, la carretera es muy estrecha, apenas pasan dos coches y desde luego no es un lugar en el que nos meteríamos con una autocaravana, porque tampoco hay lugares para dar la vuelta con comodidad.
Si vais desde Ferreira de Pantón, hay que tomar la carretera LU-P-4102 en dirección a Ourense Monforte, también llamada Rúa do Bispo Páramo Somoza, y tomar el desvío a Santa Mariña o Embarcadero de Maiorga. En la siguiente encrucijada seguimos dirección Marce e iremos bajando hasta una curva cerrada en la que, si seguimos entramos en el pueblo de Marce, y si giramos casi 180 grados en pocos minutos llegaréis a un cartel y el camino de acceso a la fervenza que solo puede hacerse caminando.
Este es el punto de partida de una ruta de 1.400 metros de longitud de ida, y un desnivel, y esta es la parte en la que debes fijarte, de 220 metros.
Para que te hagas una idea de la dureza, en los últimos 400 metros bajarás un desnivel de 100, que luego tendrás que subir de vuelta. Nosotros, con dos niños, tardamos en bajar y subir una hora y cuarto, aproximadamente.
Los primeros 1.000 metros de la ruta son bastante llanos y muy fáciles de andar, en pleno bosque autóctono lleno de carballos, pinos, helechos y mimosas. Si vas al final del invierno verás las mimosas en flor y la Ribeira Sacra va saliendo del marrón otoñal para llenarse de este amarillo intenso. Está muy bien señalizado y limpio, aunque te recomiendo ir un día seco, sobre todo si vas con niños, por la pendiente del final.
Por el camino verás restos de bodegas, molinos y viejos muros de piedra que separaban fincas o ayudaban en terrazas a los cultivos. El último tramo, el más duro, arranca donde está la señal del desvío hacia el pueblo de Marce y el castro. Aquí ya todo es bajar, hay muchas escaleras. Al final ya ves la cascada y a media altura hay un pequeño mirador con un banco de madera para sentarse.
La ruta sigue por una pasarela de madera y un complicado camino para los pocos que se animan a bajar al pie de la cascada. Yo no lo recomiendo a no ser que vayas sin niños, con un grupo experimentado y bien preparado con equipo completo de montaña, pero aún así vimos a varios grupos cruzando el río por las piedras como si caminaran por la Suiza de Heidi. Hay que ser prudente y pensar que un resbalón y una fractura en el fondo de este cañón donde no hay cobertura móvil puede suponer un serio problema.
La subida es bastante dura. Es mi opinión, y he hecho unas cuantas rutas como podéis ver en este blog. Así que no hay que bajar con el tiempo muy justo y desde luego recomiendo llevar agua, calzado de montaña, ropa cómoda, y mochila con algo de comida, sobre todo si vas con niños.
Nosotros bajamos con uno de 6 y otro de 8 años y, qué queréis que os diga, ellos no tuvieron ningún problema, porque a estas edades ya andan más que un adulto. Pero yo no bajaría con menores de 5 años o niños que no estén habituados a caminar por el monte. Con bebés en mochilas o canguros se puede bajar si quienes los portan están ágiles, porque es un peso añadido y siempre hay el riesgo de un resbalón.
Si os preguntáis si se puede llegar a la Fervenza de Augacaída sin realizar la bajada y subida a pie, y la pasarela con las escaleras, la respuesta es sí. La otra opción que hay si no queréis hacer la ruta, que como hemos dicho requiere de buena condición física, es ir por el río.
En el Miño hay varias empresas que ofrecen rutas en barco y te llevan al pie del Augacaída, a su desembocadura. Se puede ver parcialmente entre la arboleda, aunque para hacer una foto chula hay que desembarcar y caminar 5-10 minutos por una senda muy muy complicada. También requiere calzado adecuado, buena movilidad, y mucha prudencia.
Si quieres visitar más cosas por la zona puedes leer nuestro post sobre Ferreira de Pantón, con niños. Si quieres alojarte por la zona el Balneario de Augasantas tiene columpios, ludoteca y habitaciones familiares. También encontrarás otras casas rurales por la zona que están bien.
Para comer hay varios sitios en el casco urbano de Ferreira para un menú casero y económico como el mesón O Mosteiro. También nos gustó mucho Torre Vilariño que es un valor seguro; Casa Antonio, en Goián; u otro lugar que también es casa de turismo rural como Rectoral de Castillón, muy recomendable.
En el campo da feira de Ferreira tienes un bonito parque infantil con vistas sobre el pueblo, porque está en la parte más alta de la localidad. Si vas en verano no descartes acercarte a la playa da Cova para darte un chapuzón.