Ribadesella es una villa marinera maravillosa al pie de los Picos de Europa. Nada más dejar la Autovía A-8, que por fin está terminada en su totalidad, accedes al casco urbano partido en dos por el río Sella. Hoy os contamos qué ver en Ribadesella con niños, y también os llevamos de excursión al sorprendente pueblo de Cuevas.
El puerto pesquero, la playa, las casonas decimonónicas o modernistas, Ribadesella tiene el encanto de los pueblos marineros cantábricos y el rastro del patrimonio indiano en su arquitectura. Se pasea fácilmente y conserva además del sabor tradicional en sus tiendas y cafés, sobre todo si lo visitas en invierno.
Las calles se disponen en torno a la ría y cuando consigas aparcar, algo que no es fácil puedes recorrer su paseo marítimo (Paseo de la Grúa), es apenas un kilómetro hasta la punta.
A lo largo del mismo podrás ver la fuente del Cay, con motivos de la obra literaria de Pepín de Pría y los murales de Mingote, explicando la historia local con un toque de humor. Los paneles dispuestos a lo largo del paseo facilitan a los peques escucharla ya que narran pasajes de la misma comentando los murales. Si tienes ganas y no vas con sillitas puedes adentrarte por el pueblo subiendo al camino de la Guía o a su Ermita.
Las calles de la villa están llenas de vida, también su lonja. Si cruzas el puente pasear por el Paseo Agustín de Argüelles, junto a la playa, es también una buena opción. A los niños les encantará una parada técnica en la pastelería La Veguina, donde puedes encontrar desde las tradicionales casitas hasta un mando de playstation de delicioso chocolate, un lujo para los golosos.
En Ribadesella hay excelentes restaurantes, muchos de ellos orientados a turistas, pero si buscas lo auténtico se come barato y muy casero en el Mesón la Goleta. O a menos deciros que a nosotros nos encantó y podemos recomendarlo de primera mano.
Ribadesella cuenta además con la famosa Cueva de Tito Bustillo y su centro de interpretación, las «huellas de dinosaurios» que puedes rastrear en los acantilados.
En Colunga también hay un magnífico Museo del Jurásico, bien señalizado desde la autovía. Todos estos museos cierran lunes y martes, así que si tienes pensado ir consulta bien los horarios y días de apertura.
Booking.comSi no queréis perderos nada os recomendamos pasar antes de nada por la oficina de Turismo, donde podéis pedir un mapa y preguntar por todo lo que os haya interesado de antemano.
Para los que van con ánimo de hacer una ruta de senderismo está el Circuito de Monte Moro (para «profesionales», pues son 20 kilómetros) y más liviana la Ruta de los Molinos (6 km). Pero el verdadero tesoro del entorno -quizá por lo desconocido y sorprendente- está en Cuevas, un pueblo no fácil de encontrar ni con un acceso sencillo.
Está a pocos kilómetros del casco urbano, cruzando el puente y tomando la carretera que sube por la margen derecha del Sella, se pasa por debajo del puente de la autopista y con un poco de paciencia y pericia -pues es una pista estrecha- se llega a la Cuevona.
Es difícil que hayas visto nada igual, al pueblo se accede por esta cueva natural de 250 metros excavada por el río.Lo mejor es dejar el coche fuera, en el aparcamiento señalizado, y recorrerla caminando. Está iluminada y podrás ver sus estalactitas y estalacmitas trabajadas durante millones de años por el agua sobre la roca. Justo a la salida tienes un pequeño parque infantil.
Si quieres llegar al pueblo andando, puedes hacerlo subiendo por la margen izquierda del sella -la contraria a la que hemos dicho antes- dejando el coche a la altura del pueblo y cruzando por el puente colgante. En cualquiera de los dos casos te recomiendo preguntar porque no está nada bien señalizado.
El Cabo de Peñas, con niños
Una escapada a Gijón, con niños
El parque arqueológico Campa-Torres
El Parque Isabel la Católica
Los jardines de Begoña
Museo del Ferrocarril de Gijón
Cudillero y sus miradores, con niños
El Parque de la Vida de Luarca
Un paseo por Viavélez, con niños