Esos parques infantiles con cancha, columpios, sombrita, merendero y mucho aire libre son lo más buscado por los padres gallegos, y en especial en primaveras raras como esta, donde seguimos alerta con el dichoso coronavirus. Así que nos han encantado que nos escribiérais para contarnos cosas sobre este lugar denominado Bemantes, en el concello coruñés de Miño.
El municipio de Miño nos proporciona mil rincones y rutas de interés de los cuales muchos ya os los hemos ido mencionando por aquí. Es el caso de la ruta de los molinos del río Lambre, el área recreativa junto al río Baxoi, o el tramo de Camino Inglés que podemos hacer por esta localidad.
La proximidad a la ruta jacobea y la tradición han dejado por aquí numerosos rincones de interés, como la iglesia barroca de San Tomé de Bemantes, que conserva un sarcófago del siglo XII y una pila bautismal, elementos góticos, y que fue remodelada en el siglo XVIII. A su alrededor encontramos un cementerio. Todos estos dominios formaron parte de las posesiones templarias en esta comarca de Galicia.
En torno a esta iglesia, cuyos orígenes están datados en el siglo XIII y de la que se conservan originales dos fragmentos de muro, encontramos diferentes elementos como un centro social, un palco de la música y el campo de la fiesta.
También hay una zona de esparcimiento bajo un par de hileras de plátanos de sombra. Bancos y mesas de piedra para comer, y unas barbacoas.
Los sufridos padres que conjugamos necesidades de parque infantil o sombra para los más peques, con cancha deportiva y balón para los más movidos o movidas, estamos también encantados cuando conviven ambos elementos. Y es que en este espacio encontramos una cancha deportiva con porterías.
En el parque infantil vemos tobogán, camión para esos peques conductores, y columpios, además de minitobogán y balancines.
Otro de los elementos que encontramos muy cerca San Tomé de Bemantes, tanto que podemos ir dando un paseo, es uno de los pocos molinos de viento que conservamos en Galicia. Se puede ir dando un paseo porque está a apenas unos 600 metros.
Fue construido en 1840 y se llama molino de Boucelo. Se ha rehabilitado incorporando paneles interpretativos en su entorno, así como unas mesas de madera para comer o pasar un rato.
Parque de la Playa del Pedrido
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