Si un día de estos hacéis una escapada a Albacete o, simplemente, paráis unas horas en esta capital de Castilla-La Mancha con peques os vendrán bien estas recomendaciones. Aunque se nos quedó pendiente una escapada más larga a esta ciudad, una de las pocas que aún no conocíamos entre las capitales de provincia españolas, al menos pudimos dar un paseo por su centro histórico y descubrir preciosos edificios modernistas salpicados por diferentes puntos del núcleo urbano. Hablamos de Albacete con niños, y en concreto, de su parque infantil más céntrico, junto a la misma catedral y el ayuntamiento.
Albacete es una capital de provincia de tamaño medio si atendemos a la realidad de nuestro país. Con sus casi 173 mil habitantes ocupa el lugar 23 entre las 54 que tenemos en España. Su extensión es de unos 1125 km², lo cual la sitúa en el 9º lugar, si bien su centro histórico se recorre fácilmente caminando y es llano y accesible.
Alrededor de las calles peatonales del centro el estacionamiento es de pago, por lo que si encuentras aparcamiento puedes abonar el correspondiente ticket en la máquina y dejar el coche por un tiempo máximo de dos horas, como en otras ciudades españolas o europeas.
Como solemos hacer, optamos por el patinete para los mas pequeños, lo cual nos permite caminar en rutas urbanas con mayor éxito que si van andando, que se cansan enseguida.
La catedral de San Juan, comenzada a levantar en el siglo XVI sobre una iglesia mudejar anterior, y gótica aunque incorpora aportaciones posteriores, como la fachada, del siglo XX. Pero también el Museo de la Cuchillería, un emblema de la ciudad ubicado en la Casa del Hortelano, un precioso palacete de principios del siglo XX. O el Museo del Niño, ubicado en la calle del Amparo 14 y que da buena muestra de cómo eran las escuelas en las que estudiaron nuestros abuelos y bisabuelos. Son solo tres ejemplos de visitas que merecen la pena.
Pero si os gustan los edificios modernistas, como expresión burguesa y urbana, en todo el centro de Albacete disfrutaréis de lo lindo, cámara en mano, porque podéis ir rastreando vuestra propia ruta: el Colegio de Arquitectos (1925), el del BBVA (1928) o el pasaje Lodares, una histórica galería comercial de 1925. Pero también el antiguo ayuntamiento en la Plaza del Altozano, o el emblemático Gran Hotel (1910). Además de esta ruta cultural estamos en plena zona comercial, donde encontraréis las principales firmas de moda y restaurantes u hoteles. Si vas en Navidad en el entorno de la Plaza del Altozano y Francisco Fontecha suelen poner un mercadillo y atracciones para los más pequeños.
El parque infantil que encontrarás junto a la catedral tiene buenas zonas de sombra y juegos para diferentes edades. Camas elásticas, divertidas barras en espiral para deslizarse, casitas de juego, balancines, estructuras para trepar, etc. en este rincón urbano de una ciudad que está declarada Amiga de la Infancia (2014-2018).
En esta parada comimos en el restaurante Sumun, junto a la catedral, y la verdad es que nos gustó mucho el menú. El arroz meloso estaba riquísimo y son amables con los niños, de hecho vimos varias familias con peques comiendo allí. El parque infantil del que hoy os hemos hablado está muy cerca.
Y si queréis tomar un café tranquilitos mientras los niños tienen su espacio de juegos o actividades no dejéis de acercaros a Mandarina Garden, un café con zona para peques ubicado en Marques de Villores, 40.
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