Seguro que alguna vez entrando a un municipio o villa gallega os habéis fijado en el símbolo de una fuente sobre fondo marrón que indica que por la zona encontraréis balnearios, fuentes o aguas termales. Y es que hoy os llevamos de ruta por la Galicia termal, donde podéis disfrutar de aguas con propiedades especiales pero también de diferentes entornos de naturaleza, espacios culturales o patrimoniales, y recursos para entretener a los más pequeños.
Algunos de estos lugares gozan de gran fama y trayectoria, como O Carballiño, Cuntis o Mondariz, pero seguro que hay otros lugares más desconocidos como la Burga de Xermeade en Teo o la Charca do Alligal en Vilalba.
Los romanos apreciaron enseguida entre otras cuestiones el carácter termal de este noroeste peninsular. De ahí que construyeran e impulsaran termas en lugares como Lugo, Caldas de Reis o la ciudad de Ourense.
En la actualidad, podemos hacer un viaje en el tiempo visitando algunos de estos lugares, entenderlo gracias a su musealización en lugares como Aquis Querquennis (Bande) o incluso visitar localidades que fueron centros termales desde la antigüedad como Cuntis.
Booking.comA la vuelta de los siglos, muchos lugares de Galicia volvieron a florecer por sus propiedades termales, atrayendo viajeros y peregrinos del agua. Por rito, costumbre, esnobismo o buscando la curación a algún mal físico o psíquico, lo cierto es que el siglo XIX y XX trajo a nuestra comunidad un importante auge de las aguas termales.
Esto nos ha permitido, además de poder visitar estos centros aún en funcionamiento, alojarnos en instalaciones cuidadas con mimo desde varios siglos atrás, e incluso conservando antiguas bañeras o instalaciones.
Si viajamos por Europa podemos encontrar importantes exponentes del termalismo a partir del 1900, como el Balneario Gellert, en Budapest, o el Grandhotel Pupp, en Karlovy Vary (República Checa). En España hay muchos ejemplos de grandes hoteles balneario entre los siglos XIX y XX, es el caso de Puente Viesgo. Y en Galicia, el balneario de Arteixo, el de Mondariz o el de La Toja son algunos de los primeros exponentes de esta corriente.
Y es que las incipientes corrientes turísticas del XVIII – XIX se fueron concretando en turismo de paisaje o montaña, balnearios y termalismo, o el casinismo. Además del turismo residencial, ya en la segunda mitad del siglo XIX, el esquí y la fundación de clubes alpinos. Todo ello, patrimonio de las élites, acabó con la primera guerra mundial, o al menos se vio interrumpido por un periodo bastante largo.
De aquellas termas romanas y, sobre todo, del conocimiento de la minería y el aprovechamiento de las aguas termales por parte de esta civilización, conservamos un interesante legado que nos da para unas cuantas escapadas por la Galicia termal.
Una opción de ruta muy interesante junto al río Miño y el puente romano. Frente a él se encuentra esta casa de baños que acoge en su sótano unas termas romanas construidas en pizarra que se pueden visitar y merece la pena. Todo el entorno del parque fluvial del Miño en Lugo es un paseo muy agradable, incluido el parque infantil cubierto que hay muy cerca.
Booking.comLa ciudad de As Burgas es la ciudad termal por excelencia en Galicia y en ella encontramos interesantes instalaciones con termas. No solo las fuentes sino los modernos balnearios, spa y termas de diferentes inspiraciones, o las piscinas de uso público en el entorno del río Miño la hacen especialmente interesante para los amantes del turismo termal.
La localidad pontevedresa de Caldas de Reis cuenta también con aguas termales. Aquí los romanos construyeron la «mansio de Aquis Celenis», junto a la vía romana XIX. Además de las burgas o fuentes de Agua termal y el puente romano sobre el río Bermaña. Esta localidad de nuestra Galicia termal cuenta con balnearios históricos construidos entre los siglos XIX y XX como el Dávila y el Acuña.
El siguiente punto de nuestro recorrido es Lobios y Bande. También vinculado a una vía de circulación romana, la vía XVIII, podemos encontrar una localidad eminentemente termal al sur de nuestra Galicia termal como es esta, cuyo balneario está muy orientado al cicloturismo. Muy cerca, Aquis Querquennis acoge un centro de interpretación para entender la importancia que el termalismo confería a esta zona donde podemos visitar las ruinas de un campamento romano.
Quienes también hacen gala de su pasado romano son los habitantes de esta localidad pontevedresa en las Rías Baixas. Numerosos vestigios arqueológicos y testimonios así lo acreditan, y también presumen de tener el mayor balneario de Galicia, un conjunto de varios edificios, y una oferta interesante para turismo con niños.
Sus aguas fueron ingualmente apreciadas desde la antigüedad según algunos historiadores, y a partir de 1851 funcionó en la zona un primitivo balneario. Su fama termal es ampliamente conocida y valorada en toda la zona de Bergantiños. En su entorno, os hemos hablado también de una ruta fluvial como es la Ruta de los Molinos de Pan.
Los siglos XIX y las primeras décadas del XX vieron florecer modernos hoteles balneario que gozaron de gran popularidad y acabaron por ser una institución social.
Además de algunos de los ya mencionados anteriormente, como Dávila o Acuña en Caldas de Reis, encontramos edificios que además de tomar las aguas permitían alojarse unos días.
Booking.comLos análisis de sus aguas permiten distinguir entre los diferentes tipos, y se indican ya para el tratamiento de una serie de enfermedades como reumatismos, problemas respiratorios, afecciones cutáneas o neurosis.
Desde 1816 comenzó a hacerse un hueco entre los establecimientos termales de Galicia y España. Allí acudieron personajes ilustres como la escritora Emilia Pardo Bazán, a alojarse en el entorno natural de un bosque de robles y tilos. Esta escapada permite además conocer rincones de referencia en la localidad como los que os hemos contado en Una escapada a O Carballiño.
En 1908 abrió sus puertas Guitiriz, otro de los balnearios de nuestra ruta por la Galicia termal. Un edificio actualmente con varias alas e inmerso en un bonito entorno donde podemos ver un bellísimo bosque, la fuente de San Juan o una mezquita. En su azarosa trayectoria ha estado abandonado varias veces, la última en la etapa actual, aunque acaba de ser comprado por una cadena hotelera. En esta zona podéis hacer la Ruta da Auga, si os apetece un plan de senderismo.
Booking.comTambién desde la antigüedad eran afamadas las aguas que riegan Mondariz, según detalla la web municipal. Desde 1873, cuando son declaradas de utilidad pública, y arranca aquí su historia un enclave emblemático que hoy está muy especializado en golf y turismo familiar con niños.
Probablemente el primero que se nos vendría a la cabeza si queremos mencionar un balneario gallego. Y es que también es uno de los hoteles emblemáticos y con más trayectoria y ocupa un lugar destacado en nuestra ruta por la Galicia termal. Abierto en 1899 y en un entorno en el que podemos encontrar numerosos lugares de interés para una escapada con niños, como el parque secreto de los grobbits.
También considerado como uno de los más antiguos de Galicia, la Casa de Baños, que conserva su fachada original, y el hotel, se encuentran junto al paseo fluvial de esta localidad. Fue construido en 1760 y reconstruido a principios del siglo XX según nos cuenta Alberto García en Galicia de Pueblo A Pueblo. En marzo de 2020 se publicaba la contribución de la Fundación Amancio Ortega para la compra del mismo por parte del ayuntamiento y su puesta a disposición de los vecinos.
Otra de las paradas obligatorias en nuestro recorrido por la Galicia termal es este rincón a orillas del río Miño absolutamente de postal. Sus aguas tuvieron ya reconocimiento de utilidad pública a principios del XIX, aunque existen testimonios históricos anteriores.
En Ferreira de Pantón encontramos otra localidad termal y otro punto donde el fervor popular hizo muy conocida la antigua fuente y el santuario cercano. Hoy quedan las ruinas de la casa de baños, y junto a ellas se erige un moderno hotel balneario con ludoteca, parque infantil exterior y muy orientado a familias, así como a aficionados al golf y visitantes de la Ribeira Sacra.
Booking.comEn el capítulo ya de pozas termales, incluimos por su trayectoria esta otra, en Vilalba, situada cerca del hotel SPA. Esta piscina es de uso público y se mantiene todo el año a una temperatura estable de 23ºC. La primera construcción fue de 1930, según nos cuenta la web municipal, y la costumbre incluye baños de 7 a 11 días para lograr mayor efectividad.
En este concello encontramos la Burga de Xermeade. Otra poza, en este caso junto al río Ulla, es nuestra última etapa en este viaje por la Galicia termal. No solo la piscina, famosa por una supuesta curación convertida en leyenda, sino su área recreativa en la antigua casa de baños, conservan un aire especial en un entorno de bosque de ribera como robles o alcornoques.