Uno de los placeres de visitar Portugal con calma es poder perderse por ciudades del interior como esta. Rincones auténticos, antigua muralla y casco peatonal, museos y más cosas que hacer en Viseu que hoy os contamos paso a paso.
A menos de una hora de Aveiro, y a algo más de 2 de Ourense o Salamaca, esta ciudad del Centro de Portugal, perteneciente a la subregión del Dão-Lafões, ofrece muchos puntos culturales de interés y también es zona de viticultura por lo que podemos aprovechar para degustar o comprar alguno de sus vinos.
Sobre la base de recintos castreños se asentó el Imperio Romano en la ciudad, quedando entre importantes puntos unidos por vías romanas como Emerita Augusta o Bracara. Durante la Edad Media la ciudad fue cuna de reyes, residencia de nobles, población receptora de fueros y también fue saqueada, motivo por el que fue fortificada, aunque también hay vestigios y documentos que hablan de una primitiva muralla romana.
Una de las figuras vinculadas a Viseu es Viriato, líder contra la invasión romana, pero también Ramiro II (s. X) o el Infante Dom Henrique, primer Duque de la ciudad, que vivió entre los siglos XIV y XV. En su centro histórico encontramos la estatua de Dom Duarte (Eduardo I) que nació en Viseu y falleció en Tomar.
Pero si por otro aspecto destaca Viseu es por su arte religioso. Hasta una docena de templos destacados, entre los que está la catedral y el Museo de Arte Sacro, podemos encontrar en esta localidad portuguesa.
Piezas en cobre de la Escuela de Limoges, interesantes relicarios medievales, o paneles de azulejos con pasajes religiosos. Viseu es sede diocesana desde el siglo VI y diferentes personalidades que aquí habitaron apostaron por engrandecer su legado a nivel espiritual y artístico.
La catedral medieval de Santa María es el punto de partida de nuestro repertorio de cosas que hacer en Viseu. Iniciada en el siglo XII fue incorporando nuevos elementos entre los siglos XIII a XVII, y acoge el primer claustro renacentista del país.
En su sala capitular está el tesoro de la seo, testimonio de su casi milenio de vida, y que se puede visitar de martes a domingos en horario de mañana (hasta las 12 h) y de tarde (hasta las 17-18 h).
En la rúa Formosa 17 se conserva un paño de la antigua muralla romana de la ciudad, visible a través de una ventana arqueológica en el suelo. Se sabe que fue levantada en torno al siglo I d. C y modificada dos siglos después ante las invasiones bárbaras.
En la etapa medieval, esta defensa externa de la ciudad volvió a cobrar relevancia para acotar el burgo medieval. La Porta do Soar es una de las siete puertas de la población y fue construida en el siglo XV.
De la etapa medieval datan también los vestigios y rutas que conocemos de las comunidades judías. Vivían en zonas acotadas en torno a una sinagoga o en espacios asignados para ellos y, paralelamente a España, en Portugal fueron expulsados en 1497 por el rey D. Manuel, si no se convertían al catolicismo.
En el país hay diferentes localidades integradas en la ruta del legado judío, como Belmonte, Guarda, Coimbra y Tomar, entre otras. En Viseu, se establecieron en una zona que abarca varias calles peatonales por detrás de la catedral.
Desde principios del siglo XX se conoce a Viseu como la ciudad jardín. Y es que sus espacios públicos se embellecieron con zonas ajardinadas que fueron emblema de la promoción turística de la ciudad allá por los años 40.
El Jardim das Mães, el de Santo Antonio o el espacio que ocupa todo el perímetro de A Ribeira, en torno al río Pavia, son algunos de los ejemplos. Pero la ciudad de Viseu está decorada con zonas ajardinadas en muchos rincones, plazas o espacios urbanos de la zona antigua o su expansión moderna.
En pleno casco antiguo, junto a la Porta do Soar, está el Palacio dos Melos, este hotel de la cadena Montebelo cuenta con una terraza panorámica integrada en las murallas de la ciudad.
Además de ser un establecimiento familiar, tiene el atractivo de poder alojarse en un edificio histórico, con cuidada gastronomía de la zona y uso de cerámica tradicional con tradición en la zona como es la de la Fábrica de Vista Alegre, en Ílhavo.
Booking.comEn el Palacio de los Tres Escalones se ubica el Museu Nacional Grão Vasco, centrado en el maestro de la pintura del siglo XVI que nació en la ciudad y falleció en Tomar, dejando un importante elenco artístico repartido por diferentes ciudades portuguesas.
Se visita este museo en la misma plaza de la catedral los martes en horario de tarde y de miércoles a domingo todo el día.
El lugar de paseo en el corazón de esta ciudad desde hace varios siglos, lleno de terrazas donde tomar algo y rincones para el descanso o zonas ajardinadas.
Buen ejemplo de ello son el Jardín das Mães o el Parque Aquilino Ribeiro, con diferentes especies de plantas y árboles o lago y césped donde acomodarse.
En los alrededores de la catedral encontraréis diferentes apuestas gastronómicas, desde comida tradicional portuguesa, hasta restaurantes de tipo japonés, italiano, o también bares donde tomar una copa.
A nosotros nos encantó O Pateo, un restaurante que cuenta con diferentes comedores interiores o exteriores, con especialidades locales y buena atención.
Nadie puede resistirse a la panadería y repostería portuguesa, así que una parada para un café obliga a probar un pastel de nata y hojaldre.
Si vas de paso no dejes de parar en Quinta do Amieiro, en Pascoal 2005 y aprovechar para este momentito de relax mientras planificas tus visitas por la ciudad.
Otra de las joyas que aún conserva Portugal es su pequeño comercio tradicional. ercerías, ferreterías, tiendas de decoración o droguerías y perfumerías de las de toda la vida.
En calles como la Rúa Direita, por el centro histórico, encontrarás comercios llenos de creatividad y productos típicos o recuerdos de tu viaje.